La saga Warriors no para. Su frente japonés, representado por la saga Samurai Warriors, nos cuenta una nueva historia bajo los ojos de la familia Sanada.
El género musou es de los más particulares: no importa cuánto se haga, reinventar la fórmula base parece imposible. Sin embargo, los juegos siguen saliendo y cada vez más franquicias toman sus mecánicas (Zelda, One Piece, Gundam, Dragon Quest, entre otras). Todo parece indicar que el combate simple sirve para experimentar no con una historia compleja, sino con conceptos.
Samurai Warriors es la contraparte japonesa de Dynasty Warriors, la serie que inició y popularizó el género, que aparte cuenta la historia de China.
Tal vez están leyendo, están poco familiarizados con la saga, y se preguntan qué tienen que ver China y Japón con estas sagas. La respuesta es simple y sorprende, ya que así como el Dynasty Warriors Gundam juega con el lore de la serie más popular de mechas, Samuari Warriors hace lo suyo con la historia de Japón.
En esta entrega vivimos la era Sengoku de Japón, mediante los ojos del clan Sanada. Esa época estaba caracterizada por incertidumbre económica y constantes revuelos militares, aspecto que el juego reinventa a su favor. A este tipo de ideas nos referimos cuando decimos que los “Warriors” juegan con conceptos.
La historia de Japón a través de los ojos de los Sanada.
Y eso no es nada.
La disposición de los personajes es sin duda el aspecto característico de estos juegos. Los combates toman lugar en amplios mapas divididos por zonas centrales con miles y miles de unidades. Entre ellas se destacan -cual MOBA- los héroes, personajes jugables que pueden arrasar con las unidades básicas con simples movimientos, y sólo encuentras un desafío real ante otros personajes importantes.
A diferencia de cualquier otro juego basado en héroes, no hay demasiada estrategia que implementar, sino que la gracia es machacar botones y experimentar con distintos combos. Contamos con un golpe débil, uno fuerte, un ataque especial cuando llenamos una barra de energía y una instancia especial que nos hace más fuertes por un breve período de tiempo mientras más ataques conectemos.
Por último, contamos como soporte con un caballo que nos sirve para movernos más rápido y golpear levemente a enemigos del montón.
Considerando que el combate es en esencia siempre el mismo y en esta entrega no hay personajes de franquicias modernas mega populares, se buscó adherir variedad al juego mediante un sistema de restricciones.
Si bien perder porque los enemigos decimaron nuestra barra de vida siempre es una opción, usualmente nuestro mayor desafío será cumplir con los objetivos constantes que tiene cada nivel, desde proteger a un aliado hasta tomar cierta zona en una cantidad limitada de tiempo.
Considerando que es un juego basado en historia real, podemos hablar con varios compañeros en la aldea y acceder mediante los diálogos a un archivo de información de terminología, eventos y nombres importantes. Esto a su vez suma puntos, que podemos canjear en medio de un nivel por beneficios. Los más usuales son convocar a un ejército aliado para que nos ayude, o poder ver todo el mini-mapa del juego.
No busques demasiada estrategia, sólo disfruta machacar botones.
Samurai Warriors, pero no los de Magic
Todo el aspecto audiovisual es totalmente estándar. Para bien o para mal, esto le calza perfecto a este tipo de juegos. Para compensar esta no-excelencia gráfica, vamos a ver cientos y cientos de enemigos en pantalla al mismo tiempo.
Por último, hay que destacar que el juego está centrado en la historia y carece de otros modos. Desde el comienzo nos enfilamos en una campaña sin demasiadas opciones, aunque podemos volver a misiones viejas para subir más niveles cuando queramos.
Sin dudas, lo peor es que el juego es únicamente para un jugador, aspecto muy desalentador si queremos liquidar hordas de enemigos con un amigo. A pesar de esto, podemos cambiar nuestro personaje en mitad del combate.
El crecimiento de los personajes está bien logrado.
Los juegos musou representan la pelota desestresante del mundo de los videojuegos, en vez de apretarla fuerte y seguido, liquidamos hordas de enemigos en distintas épocas y franquicias. La forma en la que juegan con nuevo conceptos hace que siempre sea mínimamente más interesante. Si bien Dynasty Warriors y Samurai Warriors son más específicos, la mística de representar eras orientales le dan cierta seducción al juego.
Otra analogía interesante es comparar estos juegos con ir a comer a una cadena conocida de comida rápida. Sabemos exactamente lo que nos vamos a encontrar: hay gente que lo disfruta más y otra que ni se puede acercar; eso sí, difícilmente nos encontremos con alguna sorpresa sea cual sea el caso.
Si te gustan los juegos del estilo para jugar solo, esta es una gran opción cuando esté en buena oferta. Si te gustan en general, hay opciones mejores con multiplayer local.